No creáis en lo que hayáis escuchado;
no creáis en las tradiciones, porque hayan sido transmitidas por generaciones;
no creáis nada debido a rumores o a lo dicho por muchos;
no creáis meramente debido a una declaración escrita por un antiguo sabio;
no creáis en conjeturas;
no aceptéis como verdad aquello a lo que estéis apegados por hábito;
no creáis simplemente en la autoridad de vuestros maestros y de los ancianos.
Luego de la observación y el análisis, si algo es concordante con la razón y es conducente hacia el bien y beneficio de todos y cada uno, sólo entonces aceptadlo y vivid de acuerdo a ello.